Una mirada sucinta del devenir histórico y cultural de Reynosa, desde la antigüedad hasta el presente, basada en profesional investigación historiográfica con interesantes fotografías e inédita iconografía del valioso patrimonio cultural de esta gran ciudad, cuyo nombre se origina en el linaje de su pasado. Edición Especial Cultural Conmemorativa del R. Ayuntamiento a los 250 años de la Fundación del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas.

Lic. Oscar Luebbert Gutiérrez

Me congratula brindar a los lectores esta importante obra, de elaboración paciente y cuidadosa, de profunda búsqueda en múltiples fuentes documentales e iconográficas, muchas de ellas nunca antes referidas o publicadas, y apoyada en la interpretación rigurosa de las mismas, pero expuesta de manera clara, de tal modo que también tenga un valor didáctico que estimule el interés y el estudio, aunados a la participación creativa en la forja cotidiana de nuestra gran ciudad. Quiero hacer un reconocimiento a quienes participaron en la compleja elaboración de este libro, y desear que sus páginas alienten el sentido de arraigo, pertenencia e identidad que el Ayuntamiento de Reynosa promueve para fortalecer la cultura local en el mosaico pluricultural de México.
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30. Estridencias de la Ley Seca


L uego de la Revolución Mexicana, que si bien no devastó al norte de Tamaulipas, se resintió una crisis que fue paliada por un fenómeno externo de gran impacto: la Ley seca de los Estados Unidos.

sociedad reynosense En efecto, se trató de las resonancias de la prohibición alcohólica en aquel país a partir de 1920, al promulgarse la XVIII Enmienda o Ley Volstead, que prohibió la fabricación, venta y transportes de vino y cerveza, una medida que Texas impuso desde 1918.


La prohibición provocó ansiedad por el consumo de alcohol y se generó un mercado negro ligado al crimen organizado, creándose poderosas mafias que controlaban la producción, el contrabando y la distribución clandestina.

Contrabandistas de licores de Texas
Sin embargo, la producción no era suficiente, por lo que muchos empresarios americanos se radicaron en la frontera de México para continuar el negocio, a donde acudían caravanas de “gringos” a solazarse en la disipación del juego, el alcohol y la prostitución, actividades que florecieron desde Matamoros hasta Tijuana marcando con una leyenda negra a esta región mexicana. De este fenómeno no estuvo exenta Reynosa, que a partir de entonces comenzó a ver desfilar a los primeros “turistas”, que con avidez buscaban distraerse los fines de semana en las cantinas y bares que rápidamente proliferaron “americanizando" el aspecto de la población, con sus anuncios en inglés que invitaban al consumo,en nombres como el “McAllen Saloon”,

el “New York Bar”, el “Texas Bar”, el “Oklahoma Café”; o nombres mexicanos modificados por la semántica anglófona: “Aztec Club” y el “Tampico Bar”;sin faltar los nombres cosmopolitas como el “Cabaret Palais Royal” y el “Valencia Club.”
La plaza fue la marquesina principal de este negocio, y además surgió una nueva área dedicada expresamente a ello, en el espacio que separaba a la población con el vado del río, más tarde llamada “Zona Rosa.”

En estos centros de diversión sonaba en las noches el ritmo espasmódico del Charleston, que dominó el deseo lúdico de la sociedad norteamericana en los años de la prohibición, así como el profundo sonido del Jazz, dando vida a las relucientes pistas de baile.

Reynosa fue popularizada además por la presencia de la potente radiodifusora XEAW (XED),Escudo Camara de Comercio propiedad de norteamericanos que hacían negocios hertzianos no permitidos en su país, y que transmitía a gran parte del mundo.
Ante la demanda del turismo extranjero, en 1927 se construyó una plaza de toros con capacidad para cinco mil personas, agregando el atractivo “latino” de la fiesta brava a la oferta de diversiones que ofrecía Reynosa. La prostitución también apareció por vez primera como negocio organizado, al crearse en 1925 una zona de tolerancia al sureste de la población, que en 1948 fue trasladada al poniente del dren de “Las Mujeres”.


Sello Sindicato de Filarmonicos
En las ciudades del norte de Tamaulipas no se autorizó la apertura de casinos, como si ocurrió en Tijuana, sin embargo, en forma clandestina los dueños de bares y cantinas organizaban con cierta frecuencia estas actividades. La ley seca también masificó el consumo de la cerveza, al expandirse y consolidarse el mercado de la Cervecería Cuauhtémoc de Monterrey.
Y aunque la ley seca norteamericana relajó la moral en la frontera mexicana al sucederse numerosos desórdenes, actos bochornosos, violencia y crímenes, fue un hecho que trajo consigo una reactivación económica que compensó la difícil situación económica local.
Esto se reflejó en el empleo de mano de obra en los negocios del ramo, surgiendo así los primeros sindicatos en Reynosa, entre los gremios de choferes, meseros, cantineros y filarmónicos.

Contrastante imagen tiempos de la ley seca
La Hacienda municipal se benefició igualmente, al ocupar el impuesto de alcoholes el primer lugar por concepto de ingresos. Ante estas realidades nada pudo hacer la política antialcohólica del gobernador Emilio Portes Gil, mientras que localmente se integraron las sociedades femeninas “Violeta” y “Rosa” como una reacción al fenómeno.