Sin duda, el acelerado crecimiento urbano de Reynosa es el fenómeno más destacado de su historia contemporánea. En comparación con los otros centros urbanos relevantes del estado de Tamaulipas, Reynosa partió prácticamente de ser un villorrio a principios del siglo XX, para convertirse en la víspera del siglo XXI en una moderna urbe fronteriza cercana al medio millón de habitantes; esto es notable si consideramos que Matamoros y Tampico tuvieron un empuje inicial importante por ser puertos de altura; que Nuevo Laredo ha sido la primera aduana terrestre del país desde fines del siglo pasado; y que Ciudad Victoria es la cabecera política de la entidad. Reynosa, por el contrario ha gestado su crecimiento demográfico contemporáneo en varios procesos económicos y sociales, entre los que se cuentan el dinamismo fronterizo que se experimentó a partir de los años veintes, el desarrollo agrícola en la construcción de los distritos de riego del bajo San Juan y bajo Río Bravo, la industria petrolera, el comercio, los servicios, y recientemente, la industria maquiladora.
Visto a detalle, el crecimiento urbano, sus causas se explican desde las razones naturales, como el aumento de la esperanza de vida y las tasas de natalidad, hasta las razones de orden económicas, sobresaliendo la inmigración nacional a la frontera, al buscar aquí los habitantes de zonas deprimidas del país, un mejor nivel de vida.
En el norte de Tamaulipas, desde los años treintas y debido al auge algodonero acudieron oleadas de nuevos habitantes. El deseo de cruzar la frontera ha sido otro factor del poblamiento, pues ante la rigidez migratoria de los Estados Unidos, al ser rechazados, los migrantes permanecen en las`poblaciones fronterizas mexicanas.
Más recientemente, la proliferación de la industria maquiladora ha contribuido a atraer trabajadores, lo mismo que la crisis en el agro mexicano, que en todas partes expulsa campesinos hacia los centros urbanos, siendo la frontera norte uno de los imanes de esta población.Ejemplo tangible de esta rápida evolución son las cifras demográficas de Reynosa.
Así, la ciudad multiplicó siete veces su población entre 1930 y 1950, al pasar de 4,840 habitantes a 34,087 habitantes, mientras que para 1980 se había multiplicado cuarenta veces, al llegar a 194,693 habitantes siendo el total del municipio 211,412 (lo que denota el carácter urbano de Reynosa).
En 1990 la cantidad ascendió a 293,045 habitantes y para el año 2000 se calcula la existencia de 407,130 habitantes. Sin embargo, esta cifra de hecho ya se alcanzó en el área de Reynosa desde 1998, cuando al decretarse la creación de la zona conurbada del bajo Río Bravo, que comprende un área de 30 kilómetros a partir de la intersección de los límites entre Reynosa y Río Bravo, se estimó que en su área de influencia gravitaban unos 419,833 habitantes incluyendo el municipio de Gustavo Díaz Ordaz, es decir, todas estas poblaciones surgidas de un mismo tronco histórico, y que se proyectan hacia el futuro como una sola metrópoli fronteriza.
La consolidación contemporánea de Reynosa tiene su contraparte en el vecino condado de Hidalgo, Texas, donde igualmente en tiempos modernos han ocurrido activos procesos económicos ligados a la agricultura y al comercio vinculado con México, lo mismo que el crecimiento en toda la cadena de poblaciones que integran el Valle Mágico del Río Grande. Esta relación, de cara a los resultados del Tratado Trilateral de Libre Comercio, indica la futura intensificación complementaria de la relación fronteriza en el área de Reynosa-McAllen, partiendo de un momento en que el norte de Tamaulipas, tiene ya una mayor integración con la economía nacional, que le permitirá afrontar con mayor provecho la asimetría que significa colindar con la economía más desarrollada del planeta.